miércoles, 2 de junio de 2010

LA HERMENÉUTICA COMO METODOLOGÍA DE LA INTERPRETACIÓN - POR JOSÉ ANTONIO HERRERA MÁRQUEZ

LA HERMENÉUTICA COMO METODOLOGÍA DE LA INTERPRETACIÓN

En un principio, la hermenéutica era la metodología propia de la interpretación de la Biblia. Después se generalizó a la interpretación científica de textos clásicos o difíciles. Sliermacher y Dilthey lo utilizan para designar la metodología de la comprensión en su tarea de asimilar las formas de la cultura. En Heidegger y Gadamer, pasa a ser una concepción ontológica de la realidad. Para Heidegger, el modo propio del hombre es existir como intérprete o desvelador del ser. Gadamer dirá que en la comprensión se produce una convergencia entre el horizonte del intérprete o lector y el horizonte que expresa la obra. Esto hará surgir toda una filosofía de la lectura.
Ronan Ingarden dice que una obra literaria está inacabada por dos razones: el intérprete tiene que concretar las diferentes visiones esquemáticas; y de la secuencia de frases que se nos presenta, hay que extraer un todo.
A partir del Renacimiento era necesario un método hermenéutico para redescubrir la literatura clásica antigua y para la autodefensa de la comprensión reformista de la Biblia. La hermenéutica intenta desvelar el sentido oculto de los textos.
Sliermacher cree que el esfuerzo por comprender se da cuando no existe una comprensión inmediata. Se trata de comprender la individualidad de una producción original, el pensamiento de un tú. La hermenéutica es un entrar dentro del autor, una recreación del acto creador. Hay que penetrar en la vida mental del autor. Cree que cada individuo es una manifestación del vivir total. Es como si cada individuo llevara dentro algo de los demás, lo cual permite la comprensión adivinatoria y por comparación.
Hay dos métodos: el adivinatorio y el comparativo. Hay dos tipos de interpretación: la gramatical (lo que dice) y la psicológica (lo que quiere decir con lo que dice).
Esta hermenéutica se propone comprender al autor mejor de lo que se comprendió él mismo. El círculo hermenéutico está siempre ampliando.
Hegel toma esto en parte. Puesto que lo individual sólo se determina en su significado propio desde el conjunto, no puede haber otra historia que la universal. Se puede tomar a la historia como universal si se la piensa teleológicamente.
Frente a esto se levantan autores como Ranke, Droysen y Dilthey. A la comprensión histórica universal lleva la investigación histórica concreta. No hay ningún final que le otorgue sentido. Cada época tiene su perfección.
Ranke piensa que cada época de la historia tiene su valor y su perfección. Hay decisiones que dan forma a la historia. La necesidad es el poder de lo acaecido ya, lo que ha devenido, delimita el ámbito de toda nueva actividad.
Dilthey quiere complementar la crítica kantiana de la razón pura con una crítica de la razón histórica. Previo a la posibilidad de hacer ciencia está el “yo” como ser histórico. El que investiga la historia es, a la vez, el que la hace.
Dilthey ha desarrollado teóricamente la afirmación de Ranke de que no existe un sujeto universal, sino sólo individuos históricos.
Comprender es comprender una expresión. En la expresión, lo expresado está presente totalmente en ella, y es comprendido cuando se comprende ésta. No hay, en ella, referencia a algo más allá donde se sitúa el sentido.
Husserl permite a Dilthey una nueva fundamentación del concepto de lo dado. La vida misma se autointerpreta. Es la vida misma la que constituye la base de las ciencias del espíritu. La vida tiene un sentido hermenéutico.

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